Hace poco informé a colegas y amigos de la creación de mi nuevo sitio web (www.musicoterapiagim.com) y de la puesta en marcha de mi nueva consulta GIM (Imágenes Guiadas y Música). Varios de ellos comentaron que les parecía una gran idea utilizar música para conseguir relajación. También comentaron que tenían amigos muy estresados y que GIM podría resultarles una experiencia beneficiosa. Sus comentarios no son de extrañar, ya que la mayoría de la gente no ha oído hablar de GIM ni de sus poderosos efectos terapéuticos.
Es cierto que una de las respuestas ante una sesión de GIM puede ser la relajación y también es cierto que puede ayudar a disipar estrés (GIM se emplea con pacientes que padecen estrés postraumático) ; no obstante, estos no son ni mucho menos los únicos efectos positivos que produce este extraordinariamente eficaz modelo de terapia musical. Se trata de un modelo flexible que puede emplearse para una gran variedad de trastornos psiquiátricos y psicológicos, así como en campos afines, como la psicooncología, cuidados paliativos, psicología perinatal y crecimiento personal.