Los tiempos cada vez más caóticos e inseguros que vivimos ahora requieren urgentemente que volvamos a confiar en nosotros mismos, que nos demos cuenta del poder real que tenemos para cambiar las cosas. Necesitamos indagar en nuestro potencial creativo individual y colectivo en busca de soluciones innovadoras de las que los sueños son portadores.
En cuanto abrimos la puerta hacia el misterioso mundo de los sueños y aprendemos a movernos en él, para traer su luz y energía a nuestra vida cotidiana, resulta difícil prescindir de ellos y el mundo onírico se vuelve tan importante como el mundo físico. Los sueños preceden la realidad, las cosas se forman primero en el mundo invisible antes de plasmarse en la tercera dimensión, tanto individual como colectivamente. Al adentrarnos en nuestros sueños, exploramos las posibilidades que pueden materializarse en nuestra vida.